jueves, 20 de mayo de 2010

Observar paredes

Mirar Paredes

Salto por un espejo, me lanzo por otro. Vivo en sillones, por las calles, y vuelvo a caer en espejos. Todos mis días son reflejos de un hastío que vendrá mañana, y una representación de la mierda de ayer. Pero hay cosas buenas, me gusta ver las paredes. Hay también esos días en que no todo es espejos que no reflejan cosas normales. Hay temporadas en que esos días buenos son todos. A veces esas temporadas son largas, de meses inclusive. Pero cuando estoy en una de esas temporadas no me doy cuenta, hasta que se terminan; y ahí me doy cuenta de todos esos días que pasaron, ahí me doy cuenta de un sopapo que se acabaron. Entonces veo hacia atrás, y veo esos días de reflejos luminosos, son todo vacío. Es un estado inerte. No hice nada. No escribí, no lloré, no pensé. Solo en los días tumultuosos, días que tengo la capacidad de llorar, de hastiarme, de desesperarme; en esos días me doy cuenta del paso del tiempo, de los días, de las horas. ¿Qué tiene eso de importante? Sigo saltando entre espejos y viviendo en sillones. ¿Es que acaso vale la pena ser productivo, aunque eso haga sufrir, en lugar de solo pasar el tiempo con sonrisas y gustos? No se. Pero me siento vivo. Y eso tampoco sé qué tiene de importante.

Definitivamente son mejores las temporadas de espejos obscuros y tormentosos. Pero hay esos días, esos… no… esos momentos, que no se miden con medidas de tiempo convencionales. Momentos espectaculares. Momentos en que la felicidad no es frívola, en que se aleja de tal estúpida dicotomía de tristeza y alegría, de asco y gusto, de luz o de obscuridad. Son momentos que no involucran espejos ni reflejos. Momentos propios o compartidos, imposibles de definir y a veces imposible de recordar. Esos latidos son los que recuerdo. Los latidos que tuve en esos momentos, que más se asemejan a un éxtasis, y pueden ser tres latidos como también una taquicardia persistente de emoción. Como dice esa frase de Kazantzakis, el tiempo se mide de esa forma, en un latido de un corazón. En todo caso, entre estos momentos de éxtasis, prefiero los espejos tormentosos. Prefiero esperar a oscuras viendo una pared.

JME

3 comentarios:

  1. Anónimo18:58

    estas vivo!? preguntó
    ...........yo???.... contesté
    si tu
    ahhhh a veces
    y el cielo???
    no se aveces me engaña.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo17:27

    oye anónimo, no te vayas a dejar engañar... y si lo haces, que lo disfrutes!!

    ResponderEliminar
  3. La Vida es eso:momentos, como un galope acompañado de bucefalo y carishina

    ResponderEliminar