martes, 20 de julio de 2010

Peguche azul


Peguche Azul

Caminatas en un bosque pesado, las sombras te chocan y sigues los pies de los pies del de adelante. Esas piedras en el camino parecen estar completamente sueltas, no hay piso debajo de ellas. Tal vez por eso es que estoy tan inestable. Talvez, creo que es la mezcla de músicas llegando por todo lado. Y la gente, tanta gente, y todos tan diferentes. Llegamos a la cascada, se ven entre destellos de linternas y celulares a cuerpos azulinos mojándose y gritando bajo ese grifo enorme. Y baja tan azul, solo veo todo azul. No hay luna, parece que se ha filtrado y solo nos dejó el color que suele dar a con su luz, azul de luna. Y el agua cae a chorros como vaciando a la luna, y ellos lo aguantan tan bien, y gritan y se mojan, y se lavan esos cabellos largos y azules con agua azul que cae sobre sus cuerpos azules. Algunos usan ortigas azules para que en verdad sea un baño completo. Yo creo que paso la ortiga azul, pero el agua azul es lo que me atrae. Quiero un poco de azul. Entonces me fumo una hierba azul en una pipa celeste… y ahora las ganas de frío están más presentes. Sigo inestable, será que dentro del azul me estabilice o quizá me voy con la corriente. Las dos opciones me atraen así que sigo a algunos que ya entraron antes, y ya están completamente azules y brillando y gritando de emoción, no de frío. No se a que hora me saqué la ropa y entro en ese riachuelo cerúleo. No está tan frío como me esperaba, está como quería. No veo nada y de repente solo veo que mi cuerpo se ha contagiado con ese color pegajoso, tranquilo y emotivo que es el azul. Inmediatamente me cuelgo de la superficie sacando solo la nariz y me agarro con las manos de unas piedras esperando a que me lleve la corriente. El frío realmente tiene capacidad de entrar hasta lo más profundo de uno, el calor parece siempre salir del propio cuerpo, pero este frío estaba entrando. Entraba como un corrientazo azul, ¿qué noche más azul que esta? Abrí los ojos, no me había dado cuenta que estaban cerrados, y ví verde. Por fin un color distinto. Pero no es del todo verde tampoco, el azul no se ha ido del todo. Salgo y ya no estoy inestable. Ya siento el piso en mis pies. Pero estoy templado. Ese frío azul me sacó del blanco para poder alistarme a la obscuridad que se venía.

03h27

JME